Periodicamente me piden que cuente como fue nuestra labor durante la dictadura militar argentina.
Siempre cuento las mismas cosas . No fue una experiencia muy grata , no solo para los cartonistas sino para toda la población, con las huellas traumáticas por todos conocidas.
Mi caso es particular por trabajar en un medio de gran tirada y viéndolo a la distancia, creo que se hace lo que se puede , uno puede hacer las críticas mas audaces e inteligentes pero la cuestión es si salen o no publicadas, dando por sentado que el medio se hace cargo de la opinión del autor. Fueron épocas duras, la censura era por opiniones políticas, hoy , el tiempo ha pasado y la censura pasa por intereses económicos de la empresa para la que se trabaja.
Siempre se dice que el lenguaje de las caricaturas es mas tolerado y se permite por ser mas simpático, Creo que es un mito , cuando el autor acierta suele ser una crítica certera y despiadada con la alianza de la síntesis y la universalidad del mensaje.
Si en los medios establecidos el trabajo era elíptico , lleno de sobreentendidos y complicidades con el lector , aparecieron publicaciones mucho mas jugadas y combativas que tuvieron el consentimiento de la gran masa ,escritas sin metáforas, en lenguaje directo, desde la desaprobación a la denuncia. Tal es el caso de la revista Humor. Lo paradójico fue que una revista sátirica se convirtiera en un organo de opinión por la ausencia de estos o bien por la falta de sinceridad de los existentes. Lo curioso del fenomeno es que estas publicaciones tienen gran éxito durante el periodo de opresión y cuando comienza a aparecer ,aunque sea en forma incipiente la normalidad ,el público se vuelca a otras preferencias. Revistas como Hortensia , en Córdoba, Satiricón y Humor en Buenos Aires, O Pasquim en Río de Janeiro, La Codorniz o Hermano lobo en España o las de Méjico dan testimonio de este proceso.
Hoy la tecnología permite el intercambio y la inmediatez
de la respuesta de los artista gráficos , lo que falta es la herramienta para cubrir los derechos de la originalidad ya que tambien comenzó la globalización del ingenio y aparecen ideas muy parecidas donde queda la duda de si es el resultado de recibir la misma información o simplemente se ha globalizado el plagio.
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