domingo, 5 de octubre de 2008

Cognini

De la cañada para acá
Recuerdo que venía caminando por la Colón rumbo al centro , al llegar al correo los veo , parecían Abbott y Costello , el gringo Cognini con un sobretodo gris que no sé si era corto o le quedaba chico, era un tipo grandote , le decían Caballo de Lona porque parecía que fueran dos personas con una funda y el Flaco Giménez ,su lugarteniente en la agencia de publicidad desde donde venían. El Flaco se llamaba Carlos Giménez, un omónimo de La Mona, ( LA MONA JIMENEZ es con J) este no bailaba ni cantaba , era un tipo elegante y alegre que gesticulaba con las manos como si fueran instrumentos de precisión. Los dos eran dibujantes por supuesto, Alberto era muy conocido por sus dos secciones en La Voz del Interior: ASI ES y CAMPO AJUERA, en la primera la gente gozaba con sus aciertos sobre la realidad cordobesa en un género que podría definírselo como Humor Editorial y el otro, mas libre, permitía el delirio en una pampa imaginaria con una lechuza filósofo y gauchos intelectuales.
El flaco tenía un estilo elegante, tal vez herencia de los dibujantes de Rico Tipo con sus chicas hermosas y bamboleantes caderas.
Alberto me vió y ahí nomás me paró, no nos conocíamos personalmente, si por lo que hacíamos. A mi empezaban a conocerme por haber ganado un concurso organizado por la revista Gente. Nunca ahorró elogios, casi siempre exagerados de la gente que estaba a su lado,¨ Mirá flaco como Córdoba derrocha talento en cualquiera de sus esquinas ¨
yo me hice el boludo porque me dió un poco de verguenza,
despues tendría que acostumbrarme porque todos los colaboradores de Hortensia , según Alberto, tenían algún
toque extraordinario que los diferenciaba. En aquel encuentro ya me habló de Hortensia, que la estaba armando, que le llevara material, lo que quisiera , para el primer número.
Jamás imaginé un éxito tan rotundo, si bien eran pocos ejemplares (2000) duraron una tarde en los Kioscos.
Al segundo números le agregó 500, los números le daban hasta ahí. Tuvimos una reunión porque las cosas iban mejor de lo esperado, el Gringo empezó a definir la línea de la revista porque a decir verdad el único que sabía a donde apuntaba era él. Número a número iba creciendo, no solo en cantidad de ejemplares sino en aceptación y si la revista se vendía no era por mis dibujos que simplemente acompañaban o ilustraban la idea que Alberto tenía. Un día me dijo directamente que no llevara esos chistes intelectuales de los ambientes estudiantiles donde vivía, que le llevara lo que escuchaba en las peñas y bares que por aquella época yo frecuentaba, y ese fue el acierto, mis dibujos empezaron a hablar, a hablar en cordobés. En realidad todos nos fuimos dando cuenta qué era en realidad Hortensia.
El aspecto de la revista era muy particular ya que era un poco mas grande que el resto, era tabloide y se imprimían a dos tintas las tapas, siempre un dibujo de Alberto, otras varios chistes delirantes sobre cómo se veía en Córdoba la realidad que nos tocaba al país entero. Lo bueno es que era Offset y eso mejoraba la impresión que hasta no hacía mucho era la de los diarios con grabados de plomo.
Alberto tenía un poder aglutinante, era un motor incansable que convencía a medio mundo de que Córdoba era el centro del mundo, especialmente a nosotros que estábamos cerca.
A su lado estaba Sarita su mujer y secretaria que llevaba la contabilidad, la libreta mágica donde anotaba todo lo que su marido notaba que podía servir para el próximo número o el nombre de un restorán donde nos habían invitado.
Hortensia era una familia, Alberto quería que fuera así, salíamos todos en grupo bajo la batuta del gringo, teníamos las funciones y habilidades que nos había descubierto y funcionábamos como un circo.
Los asados en su casa eran en realidad la reunión que hacía para juntar material para el próximo número, contagiados todos contábamos cuentos y nos divertíamos mas que los lectores, por supuesto que había gente que ya lo hacia profesionalmente o terminaron haciéndolo.
Desfilaban con las chunchulas El Gordo Oviedo, El Pipo Viale (el padre de Chichilo) El Pelado Alonso, El Sapo Cativa, y los columnistas permanentes El Gonio Ferrari, Miguel Bravo, Parrotti , Espedale, Amuchastegui . Entre las secciones fijas favoritas del público estaba Negrazón y Chaveta que con su inseparable moto Puma surcaban el cosmos cordobés.
La Pumarola, La Motoski, La Compaera, ( en este caso los cordobeses no pronuncian la ñ) fue el fiel rocinante de esta dupla que hablaba un lenguaje hermético solo para conocedores del argot cordobés, nacidos de la pluma del robusto director de la revista.
A la distancia podría decir que el éxito se debió a que la gente hizo suya la publicación, se sentían totalmente reflejados en las situaciones y ocurrencias que mostraban los personajes, en las radios se leían hasta las viñetas y algunos se animaban con Negrazon y Chaveta , otros leían el diccionario de Alfredo Maté o los versos de Espedale.
Por el numero 17 ya la revista estaba instalada, pero le faltaba un condimento especial que la enriquecería, apareció El Negro Fontanarrosa. Atraído por el acento desfachatado y provinciano se acercó este tipo de talento enorme , primero se ganó la amistad de los lugareños y después las páginas de la revista. Dos de su mas grandes creaciones vieron la luz aquí, cerca de la cañada , Inodoro y Boogie.
No solo el Negro hizo sus primeras armas, Ortiz mostró sus uñas en estas páginas, Aldo Cuel , el inventor de los NO SI VUA , Peiro , que en realidad no es otro que Manuel Peirotti
Angonoa, Fournier, Bianfa, El duo Martino- Marino, Chamartin , Ian ,Gulle , Di Palma, Lesta...
Todos pasamos por las páginas de hortensia y todos en algún momento tratamos de imitar la voz nasal del Gringo Cognini como un homenaje permanente al dueño de la guitarra.

4 comentarios:

Diego A. Parés dijo...

Que bueno oir un poco de la historia de Hortensia. No hace mucho subí al blog tapas de revistas de los 70's y de los 80's y haciéndolo me dí cuenta que Hortensia, que nació en el 72 y cerró, no recuerdo, en el 87 mas o menos, fue la de mayor permanencia en ese período. Salieron y cerraron Cahupinela, Satiricón, Mengano, Feriado Nacional,unas cuantas. Hortensia fue una de las primeras en aparecer y una de las últimas en irse. Eso es un merito enorme.

Entre mis 13 y mis 17 la leí mucho, porque por suerte llegaba a Bs. As. Incluso llegué a publicar un chiste. Me gustaban mucho Negrazón y Chaveta y una sección donde hacían preguntas y había tres opciones, de las cuales una era la correcta, y las otras dos muy graciosas.
Cognini era un genio, esa linea de marcador tan suelta y precisa, me recuerda siempre a Harvey Kurtzman.

Cuentese si tiene ganas la historia de García y la máquina de hacer pájaros y como llegó a la tapa del disco y en definitva, a ser el nombre de ese grupo.

Un saludo, Diego

Tute dijo...

Gran historia y gran descripción. Me encantaban ésas columnas que escribías contando anécdotas, recuerdos, homenajes a dibujantes...

Abrazo!

Gustavo Pizzolitto dijo...

Le falta una g a Cognigni.
Gustavo Saludos!

El Coleccionista !! ;-) dijo...

Hola antes de todo fantastico el blog !! ando buscando el nombre completo del dibujante "Marino" que trabajo en Hortensia !! saludos y gracias