lunes, 25 de mayo de 2009

UN ACTO DE Ñ Y LA CAJA POPULAR DE AHORROS
Sábat y Crist dieron una charla abierta en Tucumán
Los dibujantes contaron anécdotas que provocaron risas y atentos silencios.
En su mayoría eran jóvenes las más de 250 personas que fueron el jueves a la noche a escuchar a Hermenegildo Sábat y Cristóbal Reinoso (Crist), en una charla distendida y con muchos tramos de humor, en la sala de sorteos de la Caja Popular de Ahorros de Tucumán. Esta entidad y la revista Ñ presentaron la conferencia "La realidad dibujada", como parte de un ciclo dedicado a personajes y fenómenos culturales del país. La charla fue coordinada por la periodista Gabriela Saidon, y presentada por Liliana Falú, por la Caja de Ahorros. En un escenario que propiciaba la conversación distendida, sentados en un sillón mullido tapizado de rojo, delante de los gigantescos bolilleros que una hora y media más tarde estarían girando para el sorteo, presididos por una imagen recordatoria del escritor uruguayo Mario Benedetti, el caricaturista y el viñetista de Clarín repasaron sus orígenes, recordaron a Roberto Fontanarrosa, contaron anécdotas, se rieron y se pusieron serios ante una audiencia que los siguió en silencio por momentos, con carcajadas en otros, como cuando Crist contó su desilusión esa misma mañana cuando, al ir a visitar la Casa de Tucumán, descubrió que ese "rulo de Billiken" del frente, que tanto trabajo le había dado dibujar, ya no estaba. Precisamente fue en esa revista, contó el autor de las viñetas que todos los días se publican en la contratapa de Clarín, donde el hombre nacido en Santa Fe en 1946 vio su primer dibujo impreso, que había mandado a un concurso y que reproducía, cree él ahora a la distancia, justamente, la legendaria casa desde donde se declaró la Independencia. Luego vino la anécdota de sus comienzos "algo más profesionales", en una revista deportiva de Santa Fe. Eso fue mucho antes de mudarse a Córdoba. "Muchos artistas gráficos, así como periodistas, comenzamos nuestras carreras en revistas o secciones deportivas, lo cual no tienen nada de malo", aportó Sábat, y contó que a los 15 años publicó su primer dibujo (el primero de una serie sobre deportistas) en el diario Acción, de Montevideo: se trataba de una caricatura del futbolista Pepe Schiaffino, como Sábat, de Peñarol. De esa ciudad, en la que nació en 1933, se fue luego de haber llegado al cargo de secretario de redacción del diario El País, para recalar en Buenos Aires.Los dos coincidieron en que todavía hoy lo primero que hacen al levantarse es mirar sus dibujos impresos en la página. Como si la emoción del primero se reprodujera cada vez que publican, es decir, cada día. En un tono siempre pausado y con el perfil bajo que lo caracteriza, el artista plástico, premio Homenaje 2005 de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano que dirige Gabriel García Márquez, Ciudadano Ilustre de Buenos Aires desde 2007, entre otras distinciones, dijo que en un momento decidió hacer dibujos sin palabras, y que eso le trajo algunos problemas. En relación con la caricatura de la presidenta Cristina Fernández con las cintas que cruzan su boca, y que Sábat publicó en Clarín en 2008, el dibujante siguió firme en su actitud de no contestar a la acusación de "mensaje quasimafioso" de la Presidenta "Nunca me voy a olvidar de esa expresión", de limitó a decir, y en cambio rescató enfáticamente el apoyo público que recibió de parte de los colegas periodistas.Histriónico y locuaz, Crist, que ya en Córdoba fue uno de los fundadores de la mítica revista Hortensia, que pasó por Rico Tipo, Satiricón y Humor, entre otras tantas publicaciones, ganador de premios en salones internacionales de humor gráfico, recordó haber sido testigo del origen de Boogie el Aceitoso de Fontanarrosa, luego de haber ido a ver juntos Harry el Sucio, de Clint Eastwood. El último día en que vio al Negro, cuando ya casi no podía dibujar, y hablaron de Cartas de Iwo Jima. "Mirá vos, el pistolero ahora es director de culto", fue una de las últimas reflexiones que Crist le escuchó a Fontanarrosa. Luego Sábat le pidio que contara "aquella otra anécdota", cuando en 1971 un grupo de policías de civil arrestaron a Crist y Fontanarrosa en Rosario, en un absurdo operativo que "presagiaba el terror", en palabras de Crist, luego de haber estado los dos imitando a Boogie el Aceitoso, "del que hablábamos como si fuera una persona a la que conocíamos en la realidad". "Esa anécdota le gusta a Menchi, a mí no", aclaró Crist.Sábat cerró con una estrofa de "El títere", de Borges: "Un balazo lo tumbó/en Thames y Triunvirato;/se mudó a un barrio vecino,/el de la Quinta del Ñato".

1 comentario:

Marko Umorista dijo...

Como hablo con ud, maestro? perdon, peo me quedé sin su telefono

Saludos!