¿A dónde voy? Es
una pregunta tan vieja como el mundo mismo, aunque siempre produce una angustia
re-actualizada, una angustia que anula toda garantía. Kierkegoard decía que “en
lo posible todo es posible” lo que quiere decir algo así como que es tan probable
lo favorable como lo desfavorable. Frente a esto sólo caben dos opciones: el
suicidio o la fe. Camus escribió sobre el suicidio. Pavese escribió y se
suicidó.
Para Heidegger la
angustia pone de manifiesto la amenaza de la muerte. El “ser ahí” se encuentra
“ante la nada de la posible imposibilidad de su existencia”. Que en otras
palabras viene a decir que la muerte es algo real y concreto, algo
permanentemente latente. Freud hablaba también de la angustia, la angustia como
“un peligro instintivo desconocido”. Parafraseándolo podríamos decir que la
angustia es un peligro instintivo a lo desconocido.
¿Y si todo fuera
una ilusión y nada existiera? Los antiguos escépticos griegos, los pirrónicos
optaban por la epoké que es la suspensión del juicio frente a las cosas
ya que estas son igualmente inciertas. De esta forma no podemos distinguir lo
verdadero de lo falso, no podemos fiarnos de nuestro sentidos ni de nuestra
razón. Lo único que nos queda es la ataraxia que es una estado de ánimo
ideal, una tranquilidad espiritual a la que debemos llegar una vez que nos
despojamos de las pretensiones de conocimiento absoluto.
Aunque tal vez
debamos creerle a Platón, tal vez solo se trate de recordar. Para él “el alma
ha aprehendido todo , nada impide que
recuerde una sola cosa (que es, por lo demás, lo que se llama aprender)
encuentre en sí todo lo demás si tiene valor y no se cansa de la búsqueda”. Él
hablaba de la anamnesia, una especie de ascenso o reminiscencia a lo que
ya sabemos, si hoy estuviera vivo: ¿hablaría de reprogramación? ,personalmente
estoy cansado de reprogramaciones , dos por tres me cambian los planos y volver
a comenzar , volver a recordar . Hace frio a las alturas que me muevo , no
importa lo que piense , ninguna de mis especulaciones me aclara mucho , pero
tengo una cabeza inteligente y tengo que usarla ,tampoco debo olvidar que mis
divagaciones intelectuales duran poco , una vez que reconozco el territorio
virtual que me señalan solo pienso en eso , una manera obsesiva de interpretar
la realidad . Estoy colgado del ala de un F18 voy reconociendo el paisaje ,
recordando la topografía , estoy cerca, al pasar esa colina me desprendere
y me dejare caer sobre el blanco . SER O NO SER UN MISIL INTELIGENTE ,
ESA ES LA CUESTION.
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