domingo, 19 de diciembre de 2010

Santiago Varela

Año diferente este 2010.

Con el Bicentenario pasaron cosas extrañas. De pronto, nos pusimos a discutir la historia. Fue algo novedoso. Se hizo evidente que no nos conformábamos con lo que siempre nos habían contado. Y eso está bueno. Revisar todo, remirar todo, repensar todo.

“Si la historia la escriben los que ganan, eso quiere decir que hay otra historia”

No se si la verdadera, pero otra, seguro.

La historia apareció también en los juicios, en la búsqueda de las identidades, en la demanda de la verdad.

Somos lo que hemos vivido, nuestro futuro está en nuestro pasado.

¿Suena raro, verdad?

Como también suena raro ver que las crisis, esta vez, suceden en otros lados. Jamás nos pasó eso. Nosotros éramos los expertos en sufrir crisis y salir estropeados de cada una de ellas. Por eso es rarísimo ver que en Europa hablan de ajustes, de recortes, de cierres, de desocupación, de las recetas del FMI.

No me digan que no es rarísimo.

También este año se paró un golpe en Ecuador. A las dos de la mañana, todos los presidentes estaban reunidos en la Casa Rosada. ¿Cuándo pasó algo así? Jamás.

Distinto este 2010. Salimos todos a las calles a festejar el Bicentenario y poco tiempo después salimos muchos a las calles a despedir a Néstor. Algo absolutamente impensado.

Lo mismo que ese renacer de la política, de la militancia, de las ganas. Dolor y alegría, todo junto.

Este año que termina vino muy raro,

pero ahora hay que pensar en el que viene.

El 2011, año electoral, año para que cada uno participe donde y con quien quiera.

Con la precaución de que no nos ensucien la cancha,

que no nos vengan -en los hechos- con que los fines justifican los medios. No. Basta. Queremos vivir contentos,

votar contentos y elegir contentos.

Hemos trabajado mucho para poder estar un poco mejor,

que nadie nos robe la sonrisa.



¡ ¡ FELIZ AÑO NUEVO ! !







Diciembre de 2 mil 10

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